22 de enero de 2006

Yo tengo mi Trieste.

J.A.González Sainz

El escritor catalán Enrique Vila-Matas cuenta que en una entrevista la preguntaron a J.A.González Sainz por qué vivía en Trieste y él contestó así:

“Más quisiera yo saberlo. Y ese no saber es una buena razón. Me siento extraño aquí, distante, y sentirse extranjero en el mundo creo que es una de las condiciones de la escritura, habitar el mundo de una forma un poco esquinada. Cuando regreso en tren, ya de noche de mis clases en Venecia y veo al final del viaje las luces de Trieste allí en el fondo, como atenazadas a la espalda por la oscuridad de las montañas del Carso, con Eslovenia atrás y a la derecha la línea de las costas de Istria y me digo “ahí está tu casa”, “allí es donde vives”, se me genera una sensación de extrañeza, de no pertenencia sino de paso, con la que me llevo bien y que creo que es fundamental para esa forma de vivir que es escribir”.
Siento eso mismo. Me gusta la raíz aérea. Por momentos. No ser de ninguna parte. Pasado un tiempo me tengo que ir a otra parte -los sitios, las ciudades, las calles, se me hacen demasiado próximas-. A raíz de esto los amigos de mi hijo le preguntaban si éramos espías que siempre estábamos mudándonos.
Me refugio, incluso, en no hablar la lengua local.
Es mi derecho como persona. Aunque los nacionalismos no lo entiendan.
Aunque no resulte política o culturalmente correcto.
Me gusta tanto el anonimato de las grandes ciudades.
No saber dónde estoy.
El despiste al salir del metro.
El espacio propio.
Mi centro.