15 de febrero de 2006

Rey David

En el comedor había un gran equipo de música, de madera, con una tela labrada cubriendo los altavoces. De niñita, me sentaba en el suelo para escuchar mi canción favorita. Más tarde, a lo largo de mi vida, su estribillo "¡Qué lindas las mañanitas que cantaba el rey David..." fue un motor de alegría enlos momentos bajos, un estímulo retumbón, espiritual. Y lo sigue siendo. Viene de lejos y de antiguo, mi Rey, del corazón de los misterios.

6 Comments:

Blogger Umma1 said...

Pregnancias inexplicables.
Si amparan, valen.
Saludos

16 de febrero de 2006, 9:16 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Con mi hermana y frente al espejo enorme del armario de la abuela. También una canción mejicana, "La del rebozo blanco..." Nuestro balanceo acompañando los falsetes de Miguel Acebes Mejías.
Ya no existen espejos con ese reflejo.

16 de febrero de 2006, 9:31 p. m.  
Blogger Mónica Sabbatiello said...

Umma:Dices "Pregnancias..." suena bien. Aunque no está en mi diccionario... Algo que impregna y permanece...
La mayor "pregnancia de esa canción del rey David es la frase que dice: "despierta mi bien despierta, mira que ya amaneció, ya los pajaritos cantan y la luna se escondió...".
Meditarránea, hay otros reflejos, con largos pasillos detrás... A veces dan sustito los espejos...

17 de febrero de 2006, 7:41 p. m.  
Blogger Blog de alma said...

Antes de entrar a tu blog, encontré por "casualidad" la foto de la única persona que me cantó un día esa canción...Hace muchísimo tiempo que hemos perdido el contacto...pero existen lazos disonantes de afecto incondicional. Cuando el sentimiento es puro el Espíritu crea el escenario...
Gracias

19 de febrero de 2006, 11:39 p. m.  
Blogger Umma1 said...

Esa canción para mí es especial, Nina.
No soy mexicana, no hay razón para que lo haya hecho, pero cada año en el cumpleaños de mi hijo, lo desperté cantándosela.
Me une a la que quizás sea la más pura ternura que existe, es esa que nos amarra a nuestros crios.
Las personas nos aferramos a lo que podemos, para sobrevivir a los malos mares.
Saludos

20 de febrero de 2006, 3:50 a. m.  
Blogger Mónica Sabbatiello said...

Alma, Umma, ya sabía yo que el Espíritu nos une... aunque a veces mi zona tonta lo olvide.
NO ES CASUAL QUE NOS UNA EL REY DAVID.. DESPIERTA MI BIEN DESPIERTA, MIRA QUE YA AMANECIÓ

05 de marzo de 2006, 8:41 p. m.  

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