09 de julio de 2005

Koniec


El otro día estuve en el cine. Daban un drama checo, o húngaro, subtitulado. A media película di un bote en el asiento: allí estaba mi casa, en Praga. El drama que se mostraba era el drama de mi vida. La rubia con pecas, mi chica morena y con trenzas rastas. Eran idénticas. En intención. Entraban al dormitorio cuando el protagonista dormía. Y sin que él sospechara nada le cambiaban los documentos. La identidad. Todo pasaba muy rápido. No podía leer. Le dije que era subtitulada. Cada vez más rápido, como un desfile enloquecido, iban en subtítulos. Me mareé. Salí del cine. Y ahora estoy aquí, en Praga, hablándole a usted, mi cónsul español, pero no me entiende porque es nuevo y todavía no aprendió el checo.
Gesticulo, grito. Usted, que es muy educado y parece paciente, me sienta con suavidad en la silla de piel y baja una pantalla que tiene tras la pared. Apaga la luz y leo: «Koniec».
VICENTE/MÓNICA/MARÍA: una improvisación a seis manos

2 Comments:

Blogger Mónica Sabbatiello said...

A seis manos, qué maravilla.
Es un gusto, en todo sentido.

10 de julio de 2005, 7:55 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Vicente, el blog parece otro, con un otro.
Qué alegría!!!

10 de julio de 2005, 7:56 p. m.  

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